Del Cancionero, de Juan Alfonso de Baena, el facsímil de parte del prólogo y el de una cantiga (es el cancionero más importante de la primera etapa de la poesía del siglo XV, junto con el Cancionero de Stúñiga):
También, dos facsímiles de las portadas del Cancionero general, de Hernando del Castillo. Uno es un facsímil de principios del siglo XVI y, el otro, el de la edición crítica realizada por el erudito extremeño Don Antonio Rodríguez-Moñino, estudioso de los cancioneros de la poesía cortesana. Te recuerdo que este cancionero recogió las composiciones poéticas del reinado de los Reyes Católicos.
A continuación, te muestro facsímiles de cancioneros particulares. Es decir, los dedicados a un solo poeta. En primer lugar, dos manuscritos de obras del Marqués de Santillana. No creo que sean autógrafos. Deben de pertenecer a amanuenses de la época.
En segundo lugar, las portadas de los cancioneros de Juan del Encina y Diego Sánchez de Badajoz. Te recuerdo que eran dramaturgos; no obstante, como en esta época todos escribían poesía (es el género literario más importante), he podido encontrar estas dos portadas en la web mencionada.
Ahora te muestro facsímiles de la portada y de un folio de la obra titulada: Laberinto de Fortuna o las trescientas, de Juan de Mena. Es la obra principal del género alegórico-dantesco. La imagen de la portada no debe de ser de la primera edición y muestra a Juan de Mena presentando la obra al Rey Don Juan II.
Por último, la portada de la edición de Cincuenta romances que, seguramente, tampoco es la primera, sino la de una reedición de la obra.
Seguidamente, la portada de Amadís de Gaula, la refundición de la famosa novela de caballerías hecha por Garci Rodríguez de Montalvo. No se trata de la primera edición, de finales del siglo XV, sino de otra edición de 1508.
Y, por último, la portada del Corbacho o Reprobación del amor mundano, del Arcipreste de Talavera, que pertenece a la prosa satírica.
Del teatro del siglo XV, te muestro en primer lugar, la portada de la égloga (así llamaba el autor a sus obras de teatro) titulda: Plácida y Victoriano, de Juan del Encina.
En segundo lugar, los versos antepuestos a las Farsas y églogas, de Lucas Fernández, el dramaturgo discípulo de Juan del Encina.
Y, por último, la portada de la Propalladia, de Torres Naharro, que es considerado el padre de nuestro teatro, por ser el primero que hace teoría teatral en el prólogo de esta obra.
Y para terminar, te presento las portadas de La Celestina, de Fernando de Rojas. Te recuerdo que la primera edición de esta obra aparece sin los prólogos y sin el título. Comienza con el prólogo al acto primero y tiene dieciséis actos. Pronto se publica con portada, prólogos, estrofas acrósticas que nos identifican a su autor, etc. con el título de Comedia de Calisto y Melibea (Burgos, 1499). En 1502, se publica bajo el título de Tragicomedia de Calisto y Melibea, con cinco actos añadidos; es decir: pasa a tener 21 actos. Te expongo estos datos porque, a continuación, te presento las portadas de distintas ediciones: la de 16 actos y dos de 21 actos.